En honor a mi padre, Rolando Morales, Sr., he creado una fundación 501c3, La Fundación Morales. La fundación honra la dedicación de mi padre a los niños con necesidades quirúrgicas reconstructivas. Su benevolencia y pasión por ayudar a los demás me inspiraron cuando era niño y me ayudaron a identificar el propósito de mi vida. Me encaminó para convertirme en el cirujano plástico que soy hoy.
A modo de antecedente, mi padre dedicó toda su vida como escultor médico al Instituto Shriners en Galveston, Texas. ¡Fue su primer y único trabajo en 40 años! El hospital brindó atención gratuita a niños de todo el mundo que sufrieron quemaduras o que nacieron con deformidades del labio hendido y/o paladar hendido. Realizó la terapia con prendas de presión de silicona y las prótesis (orejas, narices, ojos, etc. de silicona) para estos niños. Mientras crecía, pasé muchos veranos con él y así tuve la oportunidad de interactuar con cirujanos plásticos y reconstructivos desde muy joven, lo que como dije, me llevó a soñar con ser cirujano plástico. Lamentablemente, mi padre sufrió un derrame cerebral hemorrágico hace cinco años, poco después de su jubilación. Este evento que cambió mi vida galvanizó mi interés en canalizar mi pasión hacia una causa caritativa que honraría el legado de mi padre. Ahora que estoy viviendo el sueño de mi infancia de ser cirujano plástico, he trabajado duro para construir una práctica próspera y tengo la suerte de contar con un centro quirúrgico y un equipo incomparables. Es mi momento de retribuir. Me alegraría mucho que se unieran a mí para apoyar esta noble causa.
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